La trndiana elviraherrera y Actimel

Actimel es para mí algo más que un producto, es un recuerdo de mi infancia. No sabría decir cuándo concretamente, pero desde que tengo uso de memoria las comidas familiares terminaban con mi hermano, mis primas y yo corriendo a la nevera detrás de mi abuela, que nos daba un Actimel a cada uno. Nos gustaba tanto que nos lo bebíamos de un sorbo, escondíamos el botecito y le decíamos que no nos lo había dado para poder tomarnos otro. La abuela se reía, sacaba otro paquete y lo llevaba a la mesa como si fuera el primero; nosotros guardábamos el pequeño secreto. Desde ahí, Actimel se ha convertido en una parte esencial de mi rutina. Cuando vivía en casa, mis padres, mi hermano y yo lo tomábamos siempre después de comer o de cenar. Ahora que vivo fuera, no he perdido la costumbre...¡y ellos tampoco! Cada mañana, antes de irme a clase, ese pequeño botecito me devuelve la sonrisa de la abuela y me ayuda a cargar fuerzas para el día. Lo cierto es que muchas amigas me han hecho la broma de '¿Es que sin el Actimel no funcionas?'... Pero he de decir que con los años he conseguido engancharlas a ellas también, ¡está muy rico! Tengo muy claro que Actimel seguirá siendo una pequeña parte esencial de mi rutina, y que el día que forme mi propia familia, los recuerdos que yo guardo pasarán a formar parte de los ingredientes para ellos.